El oro, como inversión, es uno de los activos más difíciles de prever, predecir y entender. Al ser un commodity, su precio puede variar rápidamente debido a acontecimientos sobre los que nadie tiene control. Entonces, ¿por qué debería estar en su portafolio? Los inversores utilizan el oro como una inversión por diferentes razones. Algunos utilizan el metal precioso como una cobertura contra la inflación, otros como una cobertura contra la caída del dólar y también están los que lo utilizan como un refugio seguro durante períodos de agitación política y económica. En mi opinión, el oro es una gran cobertura de cartera contra un retroceso significativo el mercado o una recesión, tal como se vio en 2002 y 2008. Por lo tanto, todo inversor debe mantenerse informado acerca de la evolución de los precios del oro basada en el análisis técnico a fin de ser capaz de mover las piezas necesarias en el momento oportuno y hacer más rentable su inversión.
Desde el año 2000, el oro ha visto un aumento de precio constante antes de llegar a su punto máximo a finales de 2013. Más importante aún, el oro mantuvo su valor durante la burbuja dot.com, cuando las acciones de tecnología llegaron a un punto de inflexión en el Nasdaq. Durante esta caída libre, donde el índice compuesto Nasdaq perdió casi el 70% de su valor y el S P 500 casi el 40%, el oro conservo su valor y, de hecho, aumentó cerca de un 20%.
Durante la recesión del año 2008, el Nasdaq, S & P 500 y el Dow Jones cayeron en más del 50% desde octubre de 2007 al 9 de marzo de 2008. Una vez más, durante ese período de debilidad del mercado el oro siguió aumentando en casi el 25%. Esto dio lugar a un diferencial 75% entre el oro y los principales índices.El oro tiene similar resistencia en tiempos de guerra o de tensión política extrema. Por ejemplo, durante la primera Guerra del Golfo en 1990, los mercados cayeron en torno al 15% mientras que el oro se mantuvo de estable a ligeramente superior. Cuando la guerra llegó a su fin en febrero de 1991, los mercados y el valor del oro volvieron a los niveles de rendimiento similares, pero los que tuvieron parte de su cartera dedicada al oro gozaron de mayor estabilidad.
La forma sencilla añadir oro a su portafolio debería ser comprar oro físico. Sin embargo, esto puede ser logísticamente difícil y complicado ya que usted tendría que encontrar una manera de almacenar de forma segura su inversión. La forma más sencilla de invertir en oro es a través de los ETF, como el SPDR Gold Shares Trust (GLD) y iShares COMEX Gold Trust (IAU). Estos ETFs replican el precio del oro mediante la tenencia de lingotes y cotizan en bolsa. Para el inversor promedio de riesgo medio los ETF de oro son la manera más simple y más fácil de asignar una parte de su cartera al oro.
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