La semana pasada en un comunicado de prensa dado a conocer durante la tarde del lunes, el co-fundador de Google y CEO Larry Page anunció planes con respecto a la nueva estructura operativa. La decisión de cambiar el nombre a Alphabet antes de que finalice el año y restringir el nombre de Google a la división de Internet se convirtió en una sorpresa para los inversores.
Según la consultora Interbrand, Google fue la segunda marca más valiosa en el mundo el año pasado, por delante de Coca-Cola, pero detrás de Apple.
Google ha estado realizando un esfuerzo para hacer que su marca sea más popular. De hecho, la popularidad de Google está mejor demostrada por el hecho de que esta palabra es parte del inglés de uso común en la actualidad y la gente a menudo la utilizan como un verbo.
Larry Page, será el CEO de una nueva empresa matriz llamada Alphabet, que supervisará todas las iniciativas que Google ha lanzado. Google es ahora una subsidiaria de Alphabet, con Sundar Pichai asumiendo el papel de director general. Sergey Brin, otro co-fundador de Google, será el presidente de Alphabet.
Según algunos analistas, aunque esta historia puede parecer abrumadora y confusa, tiene mucho sentido para Google reestructurarse.
La compañía ha estado realizando apuestas cada vez más grandes en los últimos años que tienen muy poco que ver con la línea original de negocios de la compañía.
Por ejemplo, en julio de 2013 Google anunció intenciones de lanzar un nuevo negocio centrado en la curación de la muerte. Esta compañía llamada Calico, iba a operar como una entidad independiente. Ahora será una filial del Alphabet, como Google.
Otros negocios independientes, como Fiber, que proporciona servicios de Internet de alta velocidad, Google Ventures y Google Capital, que se dedican a las inversiones, Nido que se centra en dispositivos domésticos conectados a Internet, y Google X, que lleva a cabo proyectos como los automóviles de auto-conducción.
Las otras ramas como Android y YouTube se mantendrán bajo el paraguas de Google. Uno podría pensar que también podrían llegar a ser filiales de Alphabet con el tiempo, pero por ahora seguirán perteneciendo a Google en el organigrama.
Un ex empleado especula que a medida que las cosas se calmen después de este cambio masivo e inesperado, es probable que Google experimente una serie de salidas de personal que no se sientan a gusto con sus posiciones dentro de la nueva organización. Otra consideración importante es que los empleados ya no sentirán que pueden moverse entre las diferentes divisiones con la misma facilidad con que podían en el pasado, por lo que es menos atractivo unirse a las divisiones más maduras.
Al final del día, los accionistas y los mercados son los encargados de la tarea de sopesar los pros y los contras de una decisión de este tipo. Al parecer, los mercados han acogido bien esta reorganización de marcas dado que el precio de la acción de Google subió 3,34% con respecto al precio de apertura del lunes ($667.09), cerrando en $ 689.37 el viernes. GOOGLE se está negociando actualmente en un rango estrecho alrededor del precio de cierre del viernes.
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