Durante mucho tiempo se ha sugerido que el extravagante e influyente alcalde de Londres, Boris Johnson, tiene dudas sobre la permanencia continua de Gran Bretaña en el proyecto de la Unión Europea.
El fin de semana, afuera de su casa en las calles de Londres, el alcalde confirmó a la multitud reunida de los medios de comunicación que después de un examen de conciencia, decidió que favorecería que el Reino Unido salga de la Unión Europea.
El alcalde Johnson dijo a la prensa que no haría campaña activamente a favor del Brexit y que apoyaría al primer ministro sea cual sea el resultado. Sin embargo, los siete minutos que tomó al alcalde de Londres explicar su pensamiento probablemente fueron recibidos por Cameron con una gran cantidad de decepción.
El primer ministro británico ha comprometido su Gobierno a respetar el resultado del referéndum que se llevará a cabo el 23 de junio.
El referéndum le hará al pueblo británico una simple pregunta con respecto a la continua permanencia del Reino Unido en el proyecto de la Unión Europea.
Este asunto es uno de los mayores eventos políticos desde el final de la Segunda Guerra Mundial y el resultado de la votación será un momento decisivo para la administración del conservador David Cameron.
Sería difícil ver al primer ministro británico continuando en su papel, si los votantes favorecen la opción impensable de que el futuro de Gran Bretaña tome un camino distinto fuera de la Unión Europea.
Cameron no ha tenido más remedio que buscar un cierre sobre una cuestión que ha perseguido a los sucesivos gobiernos conservadores desde la década de 1970.
Las altas apuestas tomadas por el primer ministro británico han puesto a Cameron en una situación en que está apostando su carrera y la continua dirección del Partido Conservador. Lo que es preocupante para David Cameron es el legado que pudiera dejar tras de sí, en que el partido conservador pudiera terminar severamente dañado por un debate divisorio que ha quedado sin resolver.
Las tres áreas clave que Cameron ha tratado de cambiar en su trato con la Unión Europea se refieren a modificaciones en los beneficios de la UE para los migrantes, la protección del estatus de Londres como centro financiero global y proteger el papel del Parlamento del Reino Unido y su poder de crear la legislación del país.
En vista de ello, el primer ministro británico, puede apuntar a un acuerdo que significa que el Reino Unido cereza recoger las partes de la Unión Europea que trabajan en ella sin dejar de ser fuera de las que no serían aceptados por la población del Reino Unido.
Sea como sea, las declaraciones de Boris Johnson causaron preocupación entre los inversores, a tal punto que los pares del GBP abrieron el lunes con un importante hueco bajista. A estas horas, la libra esterlina continúa cayendo.
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